Carta al director

[Daniel Castillo] Fisco grande, ¿mayor igualdad?

¿Quién dijo que mientras más engordemos el Fisco más retribución habrá? En lo relativo a la fiscalidad, el sistema usado en Irlanda no dista mucho del usado en Chile. Aun así, el sistema de impuestos a Irlanda le permitió bajar 0,26 puntos en el famoso coeficiente de Gini. En Chile solo un 0,02. ¿Qué debemos hacer entonces para mitigar el índice de desigualdad? ¿Seguir aumentando los impuestos? No, la respuesta es una sola: responsabilidad y eficacia en el gasto público. Con la Ley de Presupuesto de este año ya nos enteramos de algunos gastos descabellados que sale de los bolsillos de los chilenos, como la destinación de 7500 millones de pesos por parte del Estado a los partidos políticos en este año. Eso equivale costear aproximadamente a 1500 estudiantes un año completo de Medicina en la Universidad de Chile. Lo mismo sucede con la paga a gerentes de Codelco que en 2015 pudieron costear, aproximadamente también, a otros 1000 estudiantes de medicina. No olvidar tampoco que los países que cuentan con los más grandes gravámenes no son necesariamente los que apuntan a un crecimiento económico, ni mucho menos buscan la igualdad en la riqueza o distribución.   PUBLICADO EN: El Mostrador  

[José Luis Cofre] Cada día más dependientes

Los chilenos, hace no mucho tiempo, teníamos una potente y fuerte sociedad civil. En el Chile de los 60’ era común el ser partícipe de alguna organización, sea dentro de nuestros barrios como; juntas de vecinos, centros de madres, clubes deportivos o comités de mejoramiento del barrio, como también en los diversos lugares donde las personas se podían desempeñar sea; bomberos, mutuales de auxilio a trabajadores, cooperativas. Era propio del Chile de esa época el tener en la consciencia de cada persona que se es capaz de resolver tanto nuestros problemas, como los de otros, por cuenta propia y/o asociándonos con otros. Así, las personas demostraban que son seres racionales y capaces de lo que se proponen por sí mismos, sin la intervención de algún organismo de la administración central o del Estado, resolviendo las diversas problemáticas que se suscitan en su día a día. Hoy, en cambio, muy poco de eso logra apreciarse en la sociedad chilena. Muy por el contrario, es común el sentir de depender de que otro se haga cargo de mis problemas, apuntando con el dedo a otros y responsabilizando a la administración central de ello, solicitándole que se haga cargo de gran parte de mis necesidades. Ahora bien, es de conocimiento general que quién mejor conoce sus problemáticas y quien podría lograr una mejor solución a ellas, es el propio afectado o bien varios afectados asociados entre sí con un propósito en común y amparados con otro valor del Chile del ayer; la solidaridad. Un ejemplo de esto, sería lo ocurrido en el incendio del año 2014 ocurrido en Valparaíso, en que fueron bomberos, voluntarios, estudiantes secundarios, universitarios, y porteños anónimos, quienes colaboraron entre sí para despejar escombros, proveer

[Juan Pablo Caneo] Disminución de la pobreza

Sin duda genera gran alegría saber que cerca de 400 mil personas han salido de la pobreza, según lo que entiende por ésta la Encuesta Casen. Pero me parece arrogante que el gobierno utilice este dato para decir que “avanzamos en la dirección correcta”. Las personas no salen adelante gracias al gobierno, sino que a pesar de éste; por ello no necesitamos  más Estado, como pregona la Nueva Mayoría y parte de Chile Vamos, sino mayores libertades. Mayor empoderamiento social para que las personas puedan desplegar libremente su creatividad y crear ellas mismas las oportunidades de superar la pobreza, mediante la generación de empleo y más cooperación social. PUBLICADO EN: La Tercera  

[Diego Chermac] ¿Instituto nacional mixto? Que decida su comunidad.

Ha resurgido estos últimos días el debate de si el Instituto Nacional debe ser mixto o no, debido a la carta enviada por Mariana Ascencio que señala que es injusto que éste sea solamente de varones. Una petición extraña considerando la reciente pérdida de excelencia que sufrió el Instituto y las mejoras que han tenido los liceos para mujeres en pruebas estandarizadas. No creo en una educación que segregue entre varones y damas. La interacción entre nosotros, los estudiantes secundarios, debe ir más allá de clases sociales e ignorar a la mitad de la población en un proceso fundamental no ayuda. Pero, la libertad de proyectos educativos es la que prima aquí. La comunidad escolar, entiéndase como todos los involucrados en el proceso propio del recinto, debe ser la que escoja, no una autoridad política que se da el poder para elegir las normas de una institución histórica en nuestro país. El cambio en el Instituto Nacional debe venir desde sus bases, sus estudiantes, apoderados, profesores y directivos. Tal como debiese ser libre para elegir su malla curricular, forma de seleccionar y normas de convivencia. Si la comunidad cree que es válido un cambio así, que considero positivo, debe tener toda la libertad para implementarla. El argumento de que hay temas más importantes que tratar es ignorar una realidad enorme. PUBLICADO EN: El Demócrata / La Segunda / La Tercera  

[Francisco Costa] La gratuidad más cara

Visto ya que la pretensión de “gratuidad universal” del Gobierno es regresiva e impracticable, ha comenzado a escucharse la idea de un impuesto al graduado aplicable a los jóvenes que hayan finalizado sus estudios con asistencia estatal, iniciativa que ha sido reiteradamente rechazada por países que ya la han discutido (como el caso de Inglaterra u Holanda). La idea vulnera elementos de justicia que no pueden ignorarse: un egresado de altos ingresos pagará un impuesto que otra persona con los mismos ingresos pero que no pasó por la universidad no pagará; pagará el estudiante que estudie en Chile y no lo hará quien pueda costear sus estudios en el extranjero; pagarán más las personas que decidan estudiar las carreras de mayor complejidad, segregando aún más el desarrollo de capital humano avanzado a los sectores más acomodados. Y lo más preocupante de la lógica de este impuesto es que nos somete a un círculo de completa dependencia estatal, colocando al estado por sobre toda decisión relacionada con la educación superior.Esta política, en vez de propender a la emancipación y autodeterminación de las familias, las condena al eterno asistencialismo estatal y a una completa dependencia de los políticos de turno. Esta es la “gratuidad” que pide ciegamente la dirigencia de la CONFECH, la gratuidad que nos saldrá más cara.   LEER EN: La Tercera | El Demócrata | Mercurio Valparaíso | Austral de los Rios  

[Alexandro Cea] ¡Politización sin instrumentalización!

Leer en El Demócrata ¡Pablo López Keller ha dado en el clavo! En su respuesta a mi columna “¡A politizar la Sociedad!”, él explica con toda claridad la diferencia entre “despolitización” y “desinstrumentalización”. Es precisamente esta diferencia la que yo llamo a superar en mi columna cuando afirmo que «la superficial confusión entre “politización” e “instrumentalización” deben ser superadas». Es precisamente a esta “politización sin instrumentalización” a la que nos referimos desde el liberalismo asociativo al hablar de “politización autónoma” del tejido social. Se agradece, por segunda vez, que un gremialista aparezca colaborando en la demostración de lo que expongo en mi columna, esta vez incluso estando de acuerdo conmigo. Cabe mencionar que en todo lo que he escrito he apuntado al gremialismo como corriente de pensamiento tal como se enseña desde la Fundación Jaime Guzmán (FJG). Tal como aparece en sus manuales y, especialmente, en el “folleto naranja” que es utilizado para la formación de los Movimientos Gremiales a lo largo de Chile. He evitado comentar sobre unas u otras interpretaciones u aplicaciones concretas que los gremialistas en particular hayan hecho del mismo en una u otra universidad, pues ahí existen tanto ejemplos extraordinariamente nefastos como otros –aunque escasos– que han logrado escapar a las estructuras doctrinales tradicionales y ampliar tanto el relato como la visión de manera ejemplar. Tal podría ser el caso de Pablo López Keller. Pablo López no se equivoca al afirmar que el 2012 se presentó una propuesta para cambiar el término “politización” por “instrumentalización” del folleto naranja, con toda la nueva visión teórica que hay detrás. Sin embargo esto fue rechazado por la FJG. La última versión del documento (2013) sigue definiendo al gremialismo como una –y cito textual–

[Alexandro Cea] Política ¿Lucha por cargos públicos?

Leer en El Demócrata Luis Sánchez, gremialista de tomo y lomo, ha contestado mi columna “¡A politizar la Sociedad!” dándome la razón cuando afirma que la política (“en sentido estricto”) se traduce en una  “lucha por lograr cargos públicos dentro del Estado”. Es precisamente eso lo que afirmo en mi columna al exponer que para el gremialismo “la política sólo apunta a la conducción del estado y debe ésta desarrollarse sólo en aquellas organizaciones cuya naturaleza es política”. Quien comenta mi columna es incluso más categórico, con lo que se agradece su colaboración en la demostración de mi afirmación. Luis agrega una concepción “amplia” de política entendida como “todo espacio de interacción que tenga efectos públicos”. Sin embargo, como toda, o casi toda, interrelación humana tiene efectos públicos, esto llevaría a afirmar que todo, o casi todo, es política. Pero si todo es política, entonces, nada es política. Queda en evidencia que esta concepción amplia es tan inútil como absurda, por lo que debe ser de plano descartada. Tanto es así que la acepción estricta –y no la amplia que propone Luis— es la que utiliza tanto el gremialismo en sus manuales como el liberalismo asociativo al proponer una alternativa a la visión gremialista. Es gracias a esta consideración de la política como una mera “lucha por cargos del Estado” que llegamos hasta aquí. La teoría social en la que se sustenta simplemente no logra comprender que el Estado no es más que una organización más entre todas las demás organizaciones de la Sociedad, y que en todas las organizaciones sociales hay una lucha política (con todas sus letras) por los cargos de sus estructuras de gobierno. De la misma forma y de manera tan

[Alexandro Cea] SENAME: Fracasamos nosotros

Señor director: 185 niños dependientes de instituciones del SENAME murieron entre 2005 y 2016. Pero no digamos que fracasó el SENAME o que fracasaron “los políticos”. A nadie sorprende que el estado fracase una vez más. El fracaso es nuestro. Somos miles de estudiantes universitarios los que hemos olvidado la realidad social. Miles que no dejamos de mirarnos el ombligo exigiendo egocentricamente gratuidad total para financiar la educación universitaria de nosotros mismos, miembros de una elite privilegiada que tuvo la suerte y oportunidad de llegar a la universidad. El fracaso es de un movimiento estudiantil que ha convertido en consigna el olvidar a los demás. Es tiempo de dejar de culpar al resto y hacernos cargo. Es tiempo de despertar a la Sociedad. Alexandro Cea Director Ejecutivo Centro de Estudios Equidad Ξ Publicado en... Austral Temuco Austral Osorno El Llanquihue

Individualismo y demandas de la CONFECH [Juan Pablo Caneo]

Señor director: Quiero dar la razón a todos los estudiantes que reclaman contra el “individualismo” de sus compañeros por rechazar la moción de paro propuesto por la Confech, pues en varios casos -me incluyo- las razones para oponernos tanto a la forma como al fondo de las demandas de la izquierda estudiantil es el individualismo. Ser individualista es valorar éticamente a la persona en su autonomía y dignidad por sobre la difusa colectividad. Por ello los individualistas reconocemos en las personas y sus asociaciones la libertad de forjar su destino y tomar sus propias decisiones, rechazando la consideración de personas como meras piezas reemplazables de un orden planificado, tal como hace la izquierda estudiantil con sus reclamos de más Estado en la educación y menos libertad de enseñanza. Los individualistas creemos que de haber un aporte estatal debe dirigirse a los estudiantes y no a las instituciones; somos nosotros, no el estado ni una asamblea ni cualquier otro colectivo, quienes debemos ser libres de escoger entre instituciones privadas y estatales, tengan fines de lucro o no, idea bastante alejada de lo que propone la Confech. Esto explica mi rechazo a su movimiento, porque efectivamente soy un individualista.   Juan Pablo Caneo Director de Formación Centro de Estudios Equidad Ξ Publicado en... La Tercera Mercurio de Valparaíso

Titularidad sindical [Sebastián Herrera]

Señor director: Me pregunto si es comprensible que el gobierno, que se jacta de estar de parte de un mayor desarrollo y de la garantía de los derechos, se indigne ante el pronunciamiento del Tribunal Constitucional, en cuanto declara inconstitucional la polémica titularidad sindical que vulnera un derecho fundamental como es el de libre asociación. Concluyo que las transformaciones que Chile requiere son desviadas y/o manipuladas a favor de los intereses de la Nueva Mayoría que, través de reformas ineficientes, incrementan su poder político. Claro ejemplo es el enorme poder que  pretendía dar a los sindicatos, los cuales no son representativos del trabajador, sino que  parecen asociaciones de instrumentalización política de un sector determinado. ¿A quiénes benefician estas reformas? ¿A nosotros o al gobierno? Sebastián Herrera Tapia Investigador Centro de Estudios Equidad Ξ   Publicado en... La Tercera