Señor director:
La situación política en Chile es una grosería. Las estadísticas hablan por sí solas:
En la última encuesta de Centro de Estudios Públicos se le pide a la gente que del 1 al 10 (in crecendo, de izquierda a derecha) se ubiquen a sí mismos y a la presidenta actual. Ambos resultados tuvieron como mayoría el número 5. La peor parte es esta: la mayoría prefiere que el futuro presidente se ubique en el mismo número.
¿Cómo se explica que, aun cuando la aprobación de la presidenta estuvo bajo el 20% y su coalición política tiene solo un mísero 8% de aprobación, la gente se identifique políticamente con ella?
Las respuestas son dos, o quizás una sola. Una es la falta de autocrítica política de los ciudadanos. La otra está en la última encuesta Cadem: El atributo más reconocido en la presidenta es el carisma.
La gente está anudando su propia soga.