El excesivo fortalecimiento de la autoridad presidencial, derivado –entre otras cosas– de la inexistencia de mecanismos políticos para su remoción, puede resultar de enorme gravedad frente a una crisis de legitimidad. Al no consagrar algún mecanismo de confianza política, nuestra Constitución no permite canalizar los grandes conflictos político-sociales de manera institucional, por lo que históricamente éstos han encontrado como camino el quiebre institucional, con graves consecuencias para el país.
La existencia de algún mecanismo de este tipo podría haber evitado, por ejemplo, el Golpe de Estado de 1973 (y la posterior Dictadura) al ofrecer una salida institucional a la grave crisis política, económica y social de ese momento. Incluso podría haber canalizado institucionalmente el conflicto social post octubre del 2019, derivando en el cese en el cargo del Presidente de la República o bien reafirmando su respaldo político y relegitimando su gobierno frente al estallido social.
Sin intención de definir a priori el mecanismo más idóneo, este documento busca abrir el debate mediante una revisión de las diversas alternativas existentes en otros países, contemplando casos como el impeachment, la cuestión de confianza, las mociones de censura, el referéndum revocatorio y otros precedentes considerados relevantes.