La propuesta de programa planteada por parlamentarios UDI y RN sobre inmigración, tiene como objetivo modificar el decreto ley de 1975 que la regula. Si bien la antigua disposición no refleja la realidad chilena actual y debe ser reformada por dicha razón y otras más, esto no da pie para establecer políticas restrictivas a inmigrantes, en que la finalidad sea la expulsión del inmigrante, o bien, aumentar los requisitos de control exhaustivamente para desincentivar la inmigración.

Que más podíamos esperar de la conservadora derecha chilena, que replica las políticas discriminatorias y xenófobas de Donald Trump. Deberían primar, al realizar la reforma, políticas abiertas a la inmigración, reconociéndola como una realidad positiva del país, tanto en términos culturales como económicos. Esto último se refleja en los emprendimientos que se realizan, generando empleos y oportunidades, mejorando la calidad de vida de todos.

Se debe apuntar a otorgar mayores posibilidades de emprendimiento, visas de trabajo, flexibilizar los burocráticos trámites de ingreso al país y, en definitiva, promover la inmigración, ya que ésta hizo crecer a nuestro país en épocas anteriores.

 

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