Ha resurgido estos últimos días el debate de si el Instituto Nacional debe ser mixto o no, debido a la carta enviada por Mariana Ascencio que señala que es injusto que éste sea solamente de varones. Una petición extraña considerando la reciente pérdida de excelencia que sufrió el Instituto y las mejoras que han tenido los liceos para mujeres en pruebas estandarizadas.
No creo en una educación que segregue entre varones y damas. La interacción entre nosotros, los estudiantes secundarios, debe ir más allá de clases sociales e ignorar a la mitad de la población en un proceso fundamental no ayuda. Pero, la libertad de proyectos educativos es la que prima aquí. La comunidad escolar, entiéndase como todos los involucrados en el proceso propio del recinto, debe ser la que escoja, no una autoridad política que se da el poder para elegir las normas de una institución histórica en nuestro país.
El cambio en el Instituto Nacional debe venir desde sus bases, sus estudiantes, apoderados, profesores y directivos. Tal como debiese ser libre para elegir su malla curricular, forma de seleccionar y normas de convivencia. Si la comunidad cree que es válido un cambio así, que considero positivo, debe tener toda la libertad para implementarla. El argumento de que hay temas más importantes que tratar es ignorar una realidad enorme.
PUBLICADO EN: El Demócrata / La Segunda / La Tercera
Consejero Político del Centro de Estudios Equidad Ξ
Fundador Federación de Estudiantes Secundarios (FES)