Leer en LA TERCERA |
Me siento apenado por las críticas hechas a la filántropa Lucy Avilés y, en general, a los particulares involucrados en la entrega de ayuda necesitada por los incendios. Sigue existiendo la idea de que los emprendedores y particulares no pueden ser solidarios al ser parte de un sistema competitivo y egoísta de mercado.
Sé también que no es el momento para aprovecharse de catástrofes para hacer defensa de una ideología, pero esto va más allá. La mayoría ha olvidado que para ser solidario se debe ser libres. No se puede ejercer la generosidad si estás siendo amenazado o violentado por una fuerza mayor, sea ésta el Estado o un colectivo furioso. La persona puede genuinamente renunciar a su propiedad solamente cuando se le respeta. Además, querer entregar roles infinitos al Estado es irresponsable cuando se han destapado atrocidades en Sename y otros servicios.
El libre mercado es el único que permite la asociación libre y voluntaria de personas en pos de la comunidad. Ejemplos hay en todos lados, desde la junta de vecinos hasta las ONGs que hoy están apoyando a las autoridades ante la catástrofe que enfrenta nuestro país. Mi crítica no se trata de despojar al Estado de todo rol, sino que hacer ver que la verdadera solidaridad se ve cuando las comunidades están conformadas de personas libres que usan su habilidad y propiedad para ayudar al resto.
Como dijo Felipe Cubillos: “Miles de voluntades pensando libremente cómo resolver sus problemas son más creativas que la más genial de las autoridades”. Fomentemos la solidaridad en libertad.
Consejero Político del Centro de Estudios Equidad Ξ
Fundador Federación de Estudiantes Secundarios (FES)